- El Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+ conmemora el Mes del Orgullo LGBTIQ+ destacando las historias de quienes suelen ser invisibilizades. Celebramos la diversidad y alzamos la voz: “¡Existimos y resistimos!”. Conoce el testimonio de Giordy Quiñonez, un activista que se mantiene firme exigiendo los derechos para la población trans en Venezuela
“Hay mucho trabajo por hacer, pero es un trabajo de hormiguita. Debe ser algo estructural: empezar desde la familia, la escuela, la universidad y los espacios de trabajo. La sociedad civil debe escuchar más a las personas trans. No suelen escucharnos, siempre toman en cuenta a las personas cisgénero para que les hablen sobre las personas trans. La idea es que vayan hacia nosotres, aunque probablemente la mayoría no tenga estudios universitarios, no sea lo convencionalmente esperado o no se expresen de la mejor forma, pero somos personas que pueden decir de primera mano lo que nos está ocurriendo”, sentencia Giordy Quiñonez.
Con 27 años de edad, Giordy Quiñonez asumió el activismo como un trabajo diario, en el que hace falta no solo la intención, sino acciones concretas para promover cambios reales en la sociedad. Así lo ha hecho desde 2018, cuando fundó la organización Felinxs Disidentes, que defiende los derechos de las personas trans y no binaries. Quiñonez se define como persistente, no descansa hasta lograr lo que busca. Sentado frente a su computadora, con una pañoleta sobre su cabello y lentes bien puestos habla sobre su historia y la realidad de las personas trans en el país.
“Empecé en el activismo para poder tener herramientas para iniciar mi transición, poder comunicárselo a mi familia y hablar directamente sobre estos temas, que en un principio eran desconocidos para ellos y parte de mis amigues. Me motiva a continuar el defender mis derechos y de las demás personas. Conocer lo que engloba los derechos humanos es algo muy importante. En este momento en Venezuela quizás es algo que no está bien valorado ya que el Estado no cumple con las obligaciones que debería cumplir”, agrega Giordy.
¿Dónde y cuándo se realizarán las marchas del Orgullo LGBTIQ+ en Venezuela?
La vida de Giordy Quiñonez, de las pantallas a la calle
Giordy Quiñonez empezó con el activismo virtual, con campañas digitales y de redes sociales, pero más adelante, aupado por el surgimiento de organizaciones creadas por y para jóvenes en los últimos años, empezó a tener mayor interés por el activismo de calle, que es el que he estado haciendo desde hace al menos cinco años. Ese es el activismo que le apasiona, el que le permite llegar de forma directa a las personas para visibilizar las exigencias.
“Mi familia biológica lo tuvo que aceptar, porque no les quedó de otra. Una de las cosas del activismo que me ayudó fue a hacerme visible. Me ayudó a que me tomaran en serio, porque pensaban que era una etapa y, no era una etapa. Inicié mi transición a los 19 años de edad. Cuando eres muy joven piensan que es algo temporal. En este momento quizás no me aceptan del todo, pero me apoyan. Mi familia elegida siempre está allí, desde el primer día me han aceptado, son personas maravillosas”, resalta el activista.
Al hablar sobre su historia recuerda con nostalgia su pasado. Hace casi 11 años asistió a su primera Marcha del Orgullo LGBTIQ+ en Venezuela. Con mucha más experiencia y con un cúmulo de aprendizaje abraza a aquel niño que fue invisibilizado con insultos y acoso escolar, que le hicieron pensar que era un “bicho raro”. Con base en su experiencia alza la voz: las infancias trans existen y son válidas.
“No somos un sexo, dejen de etiquetarnos por lo que tenemos entre las piernas. Lo que tienen que hacer es legislar leyes que nos garanticen derechos y que sean para todas las personas”, exhorta Giordy a las autoridades e invita a la sociedad a alzar la voz en conjunto para lograr cambios reales para la población trans en el país. “Creo que es necesaria la ley de identidad de género, todavía no se ha promovido. También hacen falta políticas públicas en contra de cualquier tipo de discriminación”, añade.
La realidad de las personas trans en Venezuela
De acuerdo con el boletín Ser trans en Venezuela: Datos sobre violencia 2022 del Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+ (OVV LGBTIQ+), la población trans en el país enfrenta una serie de barreras y desafíos que limitan el reconocimiento pleno de sus derechos. El año pasado se documentó el asesinato de una mujer trans y otros 18 casos de violencias contra personas trans, principalmente por incidentes y discursos de odio.
“Una de las cosas que nos expone a situaciones de vulnerabilidad es que no existen estadísticas. El OVV LGBTQ+ es importante por eso, porque está creando un registro desde la sociedad civil. Hay poco registro sobre asesinatos de personas trans y es algo que puede llevar a que la situación empeore. La única forma de saberlo es a través de terceros. Esto nos expone a la violencia porque no existe esa información sobre si corro peligro en la calle o no”, relata Quiñonez.
Giordy Quiñonez añade que las personas trans enfrentan una serie de limitaciones que les impide acceder al empleo, solo porque no se les reconoce su identidad de género. Y ocurre aunque tengan experiencia laboral o títulos académicos, lo que lleva a que se empeore la situación económica en muchos casos. Las barreras se extienden cuando intentan acceder a una vivienda. Según comenta el activista, a varias personas que conoce se les ha negado alquilar solo por ser trans o por asumir que son personas “de la vida nocturna”, es decir trabajadores sexuales. El conjunto de situaciones conduce a que tengan problemas familiares al no tener trabajo y vivir en espacios poco seguros.
“Otra de las cosas que debemos pasar es el acoso callejero, porque aunque nuestra apariencia entre en los parámetros de lo ‘masculino’, hay personas que deciden acosar a hombres trans, porque me ha pasado, tengo amigos que les ha pasado. Pueden decirnos cosas obscenas y perseguirnos. También han existido situaciones de violencia, pero cuando es visible la identidad de género. Cuando saben que eres un hombre trans pueden agredirte físicamente”, narra Giordy.
A ello se le suma la cantidad de ataques que se pueden recibir en redes sociales. Eso lo ha mantenido alejado de las redes sociales. Comenta que, en específico, los hombres trans también se enfrentan a hechos de violencia y discriminación cuando acuden al médico, porque, además de que no les reconocen la identidad de género, tampoco brindan una atención adecuada. Para ellos, la única forma de ir al médico es acudir a un especialista que esté sensibilizado con las personas trans.
Giordy alza la voz por las próximas generaciones
A Giordy Quiñonez le ha tocado vivir distintas experiencias que le han permitido ser quien es en la actualidad. Ahora que puede alzar la voz por él y sus compañeres, con más herramientas y conocimientos, invita a las demás personas a vivir sin temor a ser elles mismes. “Su existencia es válida. Nadie puede obligarles a hacer algo que no quieran. Cuentan con una red de apoyo gigante, la comunidad LGBTIQ+, y aquí hay mucho amor para dar”, indica el activista.
En los próximos años Quiñonez se ve haciendo todo lo que le gusta con el activismo. Espera que se garanticen plenamente los derechos fundamentales para la población LGBTIQ+. Ve a la población trans empoderada, en puestos de poder, de toma de decisiones, donde espera que tomen las decisiones necesarias para lograr una sociedad más justa, diversa e igualitaria. Por ahora, el activista sigue creando proyectos y trabajando, inspirado por íconos LGBTIQ+ de la actualidad.
“Me inspira mucho Aurora, que es cantante y escritora de sus propias canciones, también es como una activista, pero por los derechos ambientales. La forma en la que se comunica sobre la defensa de nuestro ecosistema y ambiente me ha inspirado mucho. Muestra de una forma diferente la realidad sobre lo que está pasando en nuestra naturaleza con los animales y seres humanos”, resalta.
Con unos cuantos tropiezos, Giordy Quiñonez ha podido superar parte de las barreras que enfrenta en la sociedad, y aunque le ha tocado vivir experiencias de distintos tipos, pudo conseguir un empleo y hacer activismo en el área que le apasiona, algo que en muchos casos se convierte en una victoria ante un sistema catalogado por muches activistas como transfóbico y LGBIQfóbico.
Sabe que, aunque pudiera no ver resultados concretos en la actualidad, habrá una generación que goce de derechos gracias a personas como él, que decidieron alzar la voz en un contexto adverso. Por ahora, él vive su presente recordando aquel niño que fue herido y que hoy es un hombre capaz de defender sus ideales contra viento y marea. Si pudiera devolver el tiempo se diría a sí mismo que lo que siente es válido: “No sigas callando, habla, alza la voz”.
Diseño de portada: Joseph Peñaloza.