- El Instituto Municipal de la Sexodiversidad de Maracaibo se creó en 2021. Durante el primer periodo de funcionamiento tuvo pocas actividades, según pudo identificar el medio digital Mediosur. El cambio de gestión de la Alcaldía terminó de invisibilizar la institución
Agrupaciones defensoras de los derechos humanos de las personas LGBTIQ+ en el estado Zulia denuncian inoperatividad del Instituto Municipal de la Sexodiversidad de Maracaibo (Insema). Según dio a conocer el medio digital Mediosur, a la fecha, el instituto no tiene sede y tampoco presencia en Internet.
El Concejo Municipal de Maracaibo aprobó en primera discusión la ordenanza que estableció la creación del Instituto Municipal de la Sexodiversidad, adscrito a la Dirección General de Desarrollo Social de la Alcaldía. En ese entonces ambas instituciones eran controladas por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Tras la aprobación en Gaceta Municipal de Maracaibo Nº 099-2021, firmada por el presidente del Concejo Municipal, el Secretario Municipal y el Alcalde Willy Casanova, se procedió a establecer formalmente la institución. Desde entonces, son pocas las actividades que realizó y el cambio de gestión no dio continuidad al proyecto.
El Instituto busca atender, proteger y promover el desarrollo de la comunidad LGBTIQ+, el ejercicio pleno de la ciudadanía y su acceso a los derechos humanos, además de ser el ente rector de las políticas públicas dirigidas a la comunidad sexo diversa y encargado de la coordinación, formulación, programación y evaluación de las mismas.

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El Instituto Municipal para la Sexodiversidad de Maracaibo funcionó pocos meses
Con un Instituto Municipal para la Sexodiversidad público, descentralizado y con patrimonio propio adscrito a la Dirección General de Desarrollo Social de la Alcaldía, activistas y otras personas de la comunidad esperaban cambios concretos en sus vidas.
“A diario nos enfrentamos no solo a los retos que implica el complejo contexto económico, político y social en el país, sino también a problemas, dificultades y retos específicos por ser parte de la comunidad LGBTIQ+. Somos víctimas de discursos de odio que buscan criminalizarnos, satanizarnos, estigmatizarnos y vincularnos con criminales para perpetuar la discriminación. El Instituto fue un logro, somos pioneros, por lo menos a nivel teórico, en legislación… al menos en el papel”, recuerda Carlos Josué Freites, ingeniero químico y presidente de la ONG Afirmación Venezuela.
Del primer semestre desde la creación del instituto, cuando Casanova aún era Alcalde, quedan pocos recuerdos y casi ninguna evidencia sobre su funcionamiento e impactos en la comunidad. La cuenta en Instragram de Instituto fue eliminada y en Internet apenas aparecen menciones sobre sus labores, como una jornada social integral en la que participó el Instituto -pero sin mencionar ningún detalle-, según una nota de prensa de la Alcaldía.
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El cambio de gestión terminó de invisibilizar el Instituto
El 3 de diciembre de 2021 fue juramentado como nuevo Alcalde de Maracaibo Rafael Ramírez Colina, del partido Primero Justicia (PJ). Con su promesa de “atender a la ciudad con la preparación de todo un equipo de servidores públicos que siempre tengan como norte claro brindar soluciones y respuestas a los marabinos”, resurgieron las expectativas de las personas LGBTIQ+ de contar con un Instituto en pleno funcionamiento.
Pero casi dos años después de la elección de Ramírez el Instituto sigue sin funcionalidad ni gestión. Ni siquiera existen registros del Instituto en las páginas web y redes sociales de la Alcaldía de Maracaibo ni en la de la Dirección General de Desarrollo Social, a diferencia de otros Institutos adscritos que sí están activos.
Entre las teorías del por qué el Instituto no tiene funcionalidad ni gestión, personas familiarizadas con el tema -a falta de respuestas oficiales-, destacaron la influencia de grupos conservadores sobre los poderes públicos, los dogmas religiosos, los prejuicios, lineamientos políticos y la ausencia de visiones que prioricen las necesidades de la población LGBTIQ+.

“El sistema está diseñado para que siempre nos vulneren los derechos de manera sistemática. Nosotros existimos. Queremos vivir, salir a la calle y sentirnos seguros. Tener oportunidades de empleo, salud integral y que todos nuestros derechos sean garantizados”, aseguró el activista Edwin González.
Activistas marabinos relatan que aún no los convocan para las mesas de trabajo prometidas por funcionarias de Desarrollo Social en 2022, a raíz de las solicitudes de información que hicieron. Miembros del comité organizador de la marcha del Pride en Maracaibo de 2023 comentaron que la única acción que conocen del Instituto ha sido facilitar un transporte, hidratación, un toldo y una cava para la actividad.
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Sin información sobre la directiva
Otra problemática que resaltan activistas es que el Instituto carece de una sede además de la ambigüedad y opacidad desde su creación sobre la junta directiva que, de acuerdo a la ordenanza, debe estar conformada por un presidente, un vicepresidente, un administrador (designados todos por el Alcalde); un vocal designado por la Dirección General del Sistema de Gobierno Popular y otro por el Concejo Municipal de Maracaibo.
Solo se conocen de manera extraoficial dos presidentes del instituto. El primero (durante la gestión de Willy Casanova), Yendri Suarez, militante oficialista del Movimiento Somos Venezuela que en sus redes sociales se define como ecologista sexodiverso y en su perfil de Linkedin destaca su experiencia al frente del Instituto; mientras que el segundo, presentado como tal a los activistas y actualmente en el cargo, es Jhon Jiménez, contador público con maestría en administración de empresas que en sus redes sociales se identifica como vicepresidente de organización de Primero Justicia en la Parroquia Chiquinquirá de Maracaibo y que pertenece al equipo de Desarrollo Social de la Alcaldía.
Cuatro fuentes consultadas de manera independiente no han podido acceder al documento con su designación oficial por parte del Alcalde Ramírez y, además de las dudas que ya tienen, les genera “ruido” que en una publicación en redes sociales de la Dirección General de Desarrollo Social lo felicitaron por su cumpleaños presentándose como Coordinador Integral Administrativo y no como presidente del Imsema.
Una fuente conocedora de la dinámica interna del Concejo Municipal relató off the record que no han designado el vocal que le corresponde y nunca han tocado nada sobre el Instituto. “Ni siquiera he visto una gaceta de designación de la directiva ni el organigrama. Tocar los temas de la comunidad LGBTIQ+ es delicado en la ciudad, es muy complicado. Algunos grupos evangélicos, principalmente, tienen mucho poder e influencia”, señaló la fuente a Mediosur.
Para este trabajo se solicitó información el 16 y 19 de octubre vía WhatsApp y correo electrónico a Sara Fernández, Directora General de Desarrollo Social de la Alcaldía de Maracaibo y a Jhon Jiménez, presidente el Imsema, quienes contestaron amablemente que atenderían las preguntas, pero a la publicación del trabajo aún no se obtienen las respuestas.

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Esperanzas y exigencias de cambio
Kyara Madrid Lugo, activista trans con estudios en turismo, derechos humanos y administración y directora de la Asociación Civil Ciudadanía Diversa (CIUDIVER), lamenta que el Instituto no atienda a una población que tanto lo necesita.
“En varias oportunidades intentamos hacer el enlace con el Instituto, les enviamos mensajes y nunca nos respondieron. Estamos igual que siempre. No tenemos a dónde dirigirnos en casos de violencias. Tenemos un Instituto solo en letras”, señala la activista.
Las personas LGBTIQ+ de Maracaibo siguen anhelando los espacios para el debate, reflexión y formación; las asesorías, asistencia y representación jurídica; la atención médica y en materia de salud sexual; la promoción y divulgación de sus derechos, y las agendas recreativas que debe asegurarles el Instituto.
El presidente de Afirmación Venezuela no pierde las esperanzas de que la institución funcione. “Lo maravillosos es la amplitud del espectro en el cual puede y debe actuar el instituto en favor de generar mejores condiciones para la comunidad y su protección. Podría abordar muchas de las necesidades más urgentes que tenemos. Mientras no se trabaje para mitigar los factores que influyen en la discriminación y la violencia hacia las personas LGBTIQ+ estas seguirán ganando terreno y ocurriendo. Las ONG seguimos dispuestos a trabajar junto al Imsema. Exigimos que la ordenanza y otras leyes aprobadas que amparan a la comunidad LGBTIQ+ se cumplan plenamente”.